Un requisito básico en la prevención de los riesgos del polvo en la
industria del cemento es el conocimiento preciso de la composición
y, especialmente, del contenido de sílice libre en todos los
materiales utilizados. Es particularmente importante el conocimiento
de la composición exacta de los nuevos tipos de cemento
aparecidos.
En las canteras, las excavadoras deben estar equipadas con
cabinas cerradas y ventilación para asegurar un suministro de
aire puro, y deben implantarse medidas de eliminación del polvo
durante el barrenado y machaqueo. La posibilidad de intoxicación
debida a monóxido de carbono y gases nitrosos desprendidos
durante las voladuras puede evitarse asegurándose de que
los trabajadores estén a una distancia adecuada durante dichas
voladuras y no vuelvan al punto de la explosión hasta que todos
los humos hayan desaparecido. Puede ser necesario el uso de ropa adecuada para proteger a los trabajadores contra las inclemencias
del tiempo.
Todos los procesos que van acompañados de polvo en las
fábricas de cemento (pulverizado, cribado, transporte en cintas)
deben estar equipados con sistemas de ventilación adecuados, y
las cintas transportadoras del cemento o de las demás materias
primas deben estar encerradas, tomándose precauciones especiales
en los puntos de transferencia. Asimismo, se requiere una
buena ventilación en la plataforma de enfriamiento de la
escoria, en el lugar de molido de la escoria y en las plantas de
ensacado de cemento.
El problema más difícil de control del polvo es el de las chimeneas
de los hornos de escoria, que generalmente están dotadas
de filtros electrostáticos, precedidos de filtros manga u otro tipo
de filtros. Los filtros electrostáticos pueden ser usados también
para los procesos de cribado y embalaje, en los que deben
combinarse con otros métodos de control de la contaminación
del aire. La escoria pulverizada debe transportarse en tornillos
sin fin encapsulados.
Los puestos de trabajo con calor excesivo deben equiparse
con duchas de aire frío y pantallas térmicas adecuadas. No
deben realizarse reparaciones en los hornos de escoria hasta que
el horno se haya enfriado adecuadamente y, luego deben hacerlo
solamente trabajadores jóvenes y sanos.
Estos trabajadores
deben mantenerse bajo supervisión médica, para controlar sus
funciones cardíaca, respiratoria y sudoral y evitar el shock
térmico. Las personas que trabajan en ambientes de calor deben
disponer de bebidas saladas, cuando haga falta.
Las medidas de prevención de enfermedades de la piel deben
incluir la provisión de duchas y cremas para utilizar después de
la ducha. En caso de eczema, puede aplicarse un tratamiento
de desensibilización: comenzando por retirar a los trabajadores
de la exposición al cemento durante 3-6 meses para permitir su
curación, 2 gotas de una solución acuosa de dicromato potásico
al 1: 10.000 se aplican a la piel durante 5 minutos, 2 a 3 veces
por semana.
En ausencia de reacción local o general, el tiempo
de contacto se incrementa generalmente a 15 minutos, seguido
de un incremento de la concentración de la solución. Este procedimiento
de desensibilización puede aplicarse también en el caso
de sensibilidad al cobalto, níquel y manganeso. Se ha comprobado
que la dermatitis de cromo —e incluso la intoxicación por
cromo— se pueden evitar y tratar con ácido ascórbico. El mecanismo
de inactivación del cromo hexavalente mediante ácido
ascórbico implica la reducción al cromo trivalente, que tiene una
menor toxicidad, y la formación compleja subsiguiente de las
especies trivalentes.
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