Los elevadores de obra son instalaciones provisionales utilizadas
en las obras de construcción para el transporte de personas y
materiales. Cada elevador consta de una cabina sobre guías
y deberá ser manejado por un operario situado dentro de la
misma. En años recientes, el diseño de piñón y cremallera ha
hecho posible el uso de elevadores de construcción para un transporte
eficiente en torres de comunicaciones o para el servicio
de chimeneas muy altas. Nadie debe montar en un elevador de
materiales, excepto para fines de inspección o mantenimiento.
Las normas de seguridad varían considerablemente. En
algunos casos, estos elevadores se instalan respetando la misma
normativa de seguridad que para los ascensores de personas y
mercancías permanentes de los edificios, excepto que el hueco
está rodeado de una fuerte malla metálica en lugar de materiales
sólidos, con objeto de reducir su resistencia al empuje del viento.
Se necesitan estrictas normas aunque no tanto como para los
ascensores de personas; muchos países tienen reglamentos especiales
para estos elevadores de obra.
Sin embargo, en muchos
casos el nivel de seguridad es bajo, la construcción defectuosa,
los montacargas son movidos por un cabrestante con motor de
gasóleo y la cabina está suspendida de un solo cable de acero.
Un elevador de obra deberá ser accionado por un motor eléctrico
para asegurar que la velocidad se mantiene dentro de los
límites de seguridad. La cabina deberá estar cerrada y provista
de protecciones en la entrada a la misma. Las aberturas del
hueco en los accesos deberán equiparse con puertas sin perforaciones
hasta una altura de 1 m del suelo, siendo la parte superior
de malla metálica con huecos máximos de 10 × 10 mm.
Los
umbrales de las puertas de acceso y de la cabina deberán estar
provistos de rodapiés adecuados. Las cabinas estarán equipadas
con un mecanismo de seguridad. Un tipo común de accidente se
produce cuando los trabajadores se desplazan en un elevador
diseñado solamente para el transporte de materiales, que carece
de paredes laterales o puertas para proteger a los obreros de
posibles golpes con una parte del andamiaje, o para evitar su
caída durante el viaje. Un elevador de correa consiste en una
serie de peldaños sobre una cinta vertical que se desplaza. Una
persona que monte en ella corre el peligro de ser arrastrado
hasta el extremo superior, no pudiendo hacer un paro de emergencia,
y posibles golpes la cabeza o los hombros en el borde de
la abertura entre pisos; saltar dentro o fuera después de que
el peldaño ha rebasado el nivel del suelo o no poder alcanzar el
rellano a causa de un fallo de corriente o por la detención de la
correa. De acuerdo con esto, tal tipo de elevador solo debe ser
utilizado por personal especializado empleado por el propietario
del edificio o alguien designado para ello.
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