miércoles, 2 de julio de 2014

FUNCIONARIOS DE POLICIA

El mantenimiento del orden público constituye un trabajo arduo, difícil y estresante. Aunque es evidente que buena parte del trabajo es sedentario, las contadas actividades que no tienen este carácter, que suelen ser también las más críticas, requieren gran demanda física. En este sentido, el trabajo policial se ha comparado con el trabajo del socorrista de una piscina. Este se pasa la mayor parte del tiempo vigilando desde el borde de la piscina; sin embargo, cuando tiene que intervenir, por regla general sin previo aviso, las exigencias físicas y emocionales son extremas. A diferencia del socorrista, el agente de policía puede ser objeto de agresión con un arma blanca o de fuego y, asimismo, se expone a la violencia deliberada de ciertos ciudadanos. 
Su actividad rutinaria consiste en patrullar calles, estaciones de metro, carreteras rurales, parques y otras áreas. La policía patrulla a pie, en distintos tipos de vehículos (tales como automóviles, helicópteros o automotores sobre nieve), y en ocasiones a caballo. Se necesita una vigilancia constante y, en muchas partes del mundo, la amenaza de violencia es continua. El público demanda la ayuda de la policía en casos de robo, desórdenes, agresión y violencia doméstica. Los servicios de policía participan igualmente en acciones de control de multitudes, búsqueda y rescate, y de asistencia al público en casos de catástrofe natural. A veces, es preciso perseguir a los delincuentes a pie o en un vehículo, apresarlos y controlarlos y, en ciertas ocasiones, el policía debe hacer uso de armas letales. 
Las actividades rutinarias pueden ceder el paso, sin solución de continuidad o con escaso tiempo de reacción, a una escalada de violencia peligrosa para la vida. Algunos funcionarios de policía trabajan bajo una identidad falsa, a veces durante largos períodos de tiempo. Otros, particularmente los especialistas forenses, están expuestos a productos químicos tóxicos, casi todos están expuestos a riesgos biológicos derivados de la sangre y de fluidos corporales. Los miembros de los cuerpos de policía suelen trabajar en turnos, cuya duración se suele prolongar por la necesidad de realizar funciones administrativas o de comparecer en los juzgados. 
Las exigencias físicas reales del trabajo policial y las actividades físicas propias de la labor de vigilancia se han estudiado en profundidad y son extraordinariamente similares en distintos cuerpos de policía y en diferentes áreas geográficas. La cuestión de si determinados problemas médicos pueden ser imputables a la profesión policial es aún objeto de controversia.

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