Antes de proceder a la determinación de los riesgos mediante los
procesos habituales de inspección e investigación de incidentes y
lesiones, y de iniciar las actividades, debe llevarse a cabo una revisión
exhaustiva de los programas e instalaciones propuestos.
Las
características de riesgo profesional y medioambiental de los
nuevos proyectos de investigación y programas académicos deben
tenerse en cuenta en las primeras etapas del proceso de planificación.
Es posible que los investigadores no sean conscientes de los
requisitos legislativos o las normas de seguridad aplicables a sus
actividades. En muchos proyectos, éstos y los profesionales de la
seguridad deben colaborar para desarrollar procedimientos de seguridad a medida que avanza la investigación y surgen nuevos
riesgos.
Teóricamente, la cultura de la seguridad debe incorporarse a
la función académica, por ejemplo, mediante la inclusión de
información pertinente sobre salud y seguridad en los planes de
estudios y en los manuales de prácticas de laboratorio de los
alumnos, y la oferta de información específica y de formación a
los trabajadores.
La comunicación, la formación y la supervisión
de riesgos son esenciales.
En los laboratorios, los estudios de arte y los talleres, el control
de la ventilación general debe perfeccionarse mediante la instalación
de sistemas de aspiración localizada. En algunos casos,
puede ser necesario restringir los factores biológicos de riesgo y
proporcionar aislamiento o blindaje contra la acción de los
isótopos radioactivos. Los equipos de protección personal,
aunque no constituyen un método de prevención primaria en la
mayoría de las situaciones, pueden ser la opción elegida con
carácter temporal o en condiciones experimentales.
Suele requerirse la formulación de programas de gestión de
residuos y materiales peligrosos. La adquisición y distribución
centralizada de las sustancias químicas peligrosas de uso
habitual y los experimentos realizados a microescala en la enseñanza
evitan el almacenamiento de grandes cantidades de las
mismas en laboratorios, estudios o talleres.
La adopción de un plan de respuesta de emergencia y de
recuperación en caso de desastre, para organizar la acción en
caso de sucesos graves que superen la capacidad de respuesta
ordinaria, atenuará los efectos de este tipo de incidentes sobre la
salud y la seguridad.
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