Gestión de la seguridad
Los sistemas de gestión para la industria de la construcción aeronáutica
han reflejado el proceso evolutivo experimentado por la
gestión de la seguridad en el ámbito de la construcción tradicional.
Los programas de salud y seguridad solían estar muy
estructurados, dirigidos por los ejecutivos de las compañías y
estructurados jerárquicamente de acuerdo con los sistemas de
gestión tradicionales de control y mando. Las grandes compañías
del sector aeronáutico y aeroespacial disponen de equipos de
profesionales especializados en el campo de la salud y la seguridad
(especialistas en higiene industrial, radiofísicos, ingenieros
de seguridad, enfermeras, médicos y demás personal técnico) que
trabajan con los mandos intermedios para abordar los diversos
riesgos para la seguridad que entrañan sus respectivos procesos
de construcción. Tal concepción de los programas de seguridad,
controlados por los mandos intermedios, supervisados por un
encargado de la gestión diaria de riesgos ayudado por un equipo
de profesionales especializados en el campo de la salud y la seguridad,
fue el modelo original desde el nacimiento del sector.
La introducción de normas detalladas en los Estados Unidos a
principios del decenio de 1970, hizo que la confianza se depositara
cada vez más en los profesionales especializados en materia
de salud y de seguridad, no sólo en cuanto al desarrollo de
programas, sino también a su aplicación y evaluación. El cambio
fue debido a la naturaleza técnica de las normas que no eran del
todo comprendidas ni se aplicaban a los procesos de construcción.
Como consecuencia, numerosos sistemas de gestión de la
seguridad pasaron a convertirse en sistemas basados en el cumplimiento
más que en la prevención de lesiones y enfermedades.
Los anteriores programas integrados de gestión de la seguridad, controlados por los mandos intermedios, perdieron parte de su
eficacia cuando la complejidad de las normas exigió una mayor
dependencia con respecto a los equipos de profesionales especializados
en salud y seguridad en todos los aspectos de los programas
de seguridad, al tiempo que se descargó a los mandos intermedios
de ciertas responsabilidades.
Con el aumento a nivel mundial de la importancia concedida
a la gestión de la calidad total, la línea de producción ha recobrado
su protagonismo. Los constructores del sector aeronáutico
están adoptando programas que incluyen la seguridad como un
componente integral de todo proceso fiable de construcción.
El grado de cumplimiento pasa a ocupar un segundo lugar, en el
convencimiento de que, centrándose en procesos fiables la
prevención de lesiones y enfermedades constituirá el objetivo
prioritario, y las normativas o sus intenciones se cumplirán
con el establecimiento de procesos fiables. Actualmente, el
conjunto del sector dispone de programas tradicionales,
programas basados en procedimientos y técnicas, y programas
basados en el comportamiento cuyas aplicaciones son cada vez
mayores. Con independencia del modelo específico, los que
demuestran los mayores niveles de aciertos en cuanto a la
prevención de lesiones y enfermedades son los que cumplen tres
requisitos decisivos: a) un compromiso patente tanto por parte
de la gerencia como de los trabajadores, b) unas expectativas
claras en cuanto al resultado en materia de prevención de
lesiones y enfermedades, y c) sistemas de responsabilidad y reconocimiento
basados tanto en criterios de medidas (datos sobre
lesiones y enfermedades) como en indicadores de procesos
(porcentaje de comportamiento seguro) o en cualesquiera otras
acciones preventivas proactivas que tengan el mismo peso que
otros objetivos primordiales de organización. La totalidad de los
sistemas antes mencionados conducen a una cultura positiva en
materia de seguridad, gestionada por la dirección aunque con
amplia participación de los trabajadores tanto en el diseño del
proceso como en los esfuerzos para su perfeccionamiento.
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