La construcción de aviones se hace por lo general en grandes
plantas integradas. Las más modernas disponen de sistemas de
renovación de aire de gran capacidad, con controles de aire
de relleno. Para funciones específicas se añaden sistemas locales
de aspiración de aire. En la actualidad, las actividades de fresado
químico y de pintura de grandes componentes se efectúan de
manera rutinaria en recintos cerrados o cabinas donde el trabajo
en las distintas fases está clasificado y automatizado, y donde se
producen emanaciones de vapores o vahos. En las instalaciones
de construcción aeronáutica más antiguas, el control de riesgos
ambientales es más deficiente.
Un numeroso equipo de ingenieros expertos son los que
elaboran y perfeccionan las características estructurales de los
aviones o de los vehículos espaciales. Otros técnicos se encargan
de los niveles de resistencia y durabilidad de los materiales de los
componentes y elaboran procesos de fabricación eficaces. Buena
parte de la carga de trabajo que suponían los cálculos y los
trabajos de delineación —que antes realizaban ingenieros delineantes y personal técnico— lo hacen ahora los ordenadores:
hoy en día los sistemas informáticos integrados se
emplean para construir aviones sin necesidad de planos en papel
ni de modelos estructurales a escala. El proceso comienza con la
fabricación de las piezas a partir de los materiales generales: se
hacen plantillas y herramientas, laminación de metal, mecanizado,
trabajos con plásticos y materiales compuestos, y otras
actividades auxiliares. Las herramientas se fabrican para servir
de plantillas y superficies de trabajo sobre las que se fabrican
piezas de metal o de materiales compuestos. Las plantillas se
emplean como patrones de guía para cortar, taladrar y montar.
Por lo general, las subsecciones del fuselaje, los paneles de las
puertas y los revestimientos (superficies externas) de las alas y de
la cola están fabricados en chapa de aluminio perfilada y
cortada con precisión y tratada químicamente. El funcionamiento
de las máquinas se controla por ordenador. Grandes
fresas montadas sobre raíles efectúan el mecanizado de los
largueros de las alas a partir de piezas únicas de aluminio
forjado. Las piezas de menor tamaño se cortan con precisión
y se moldean con fresas, muelas y tornos. Las conducciones se
fabrican con lámina de acero o con materiales compuestos. Los
componentes internos, como el suelo, por lo general se fabrican
con laminados o con materiales compuestos, a base de múltiples
capas de revestimiento muy delgadas pero de gran rigidez,
dispuestas sobre estructuras de panal. Los materiales compuestos
suelen disponerse (es decir, colocarse cuidadosamente en capas
superpuestas) a mano o mecánicamente, para su posterior
curado en hornos o en autoclaves.
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