Pintura y acabado
Las maderas pueden pintarse con muchos tipos de pintura; colorearse,
lacarse y barnizarse; y tratarse con aceite de linaza y
de otros tipos. Entre los materiales empleados en los procesos de
acabado están el barniz de laca, los revestimientos de poliuretano
y las ceras. Muchos de estos productos se aplican con aerosoles,
y algunos artesanos elaboran sus propias pinturas con pigmentos
secos. Los principales riesgos para la salud son la inhalación de
polvo de pigmentos tóxicos (sobre todo los pigmentos de cromato
de plomo), la inhalación y el contacto con la piel de disolventes,
el peligro de incendio por disolventes inflamables, y la combustión
espontánea de trapos impregnados con disolventes y esencia
de trementina.
Como medidas preventivas se recomienda utilizar pinturas
comerciales en lugar de pinturas de fabricación propia; abstenerse
de comer, beber o fumar en la zona de trabajo; sustituir las
pinturas con disolventes por otras a base de agua, y colocar los
trapos impregnados de aceites y disolventes en botes con cierre
automático, o incluso dentro de cubos de agua.
Con los disolventes deben adoptarse ciertas precauciones,
como el empleo de gafas protectoras y guantes y de una ventilación
adecuada del local; el trabajo en exteriores, y la utilización
de aparatos respiradores con cartuchos para vapores orgánicos.
Es recomendable aplicar los productos con brocha, cuando
sea posible, para evitar los riesgos de los aerosoles. Los
procesos de acabado con aerosoles deben realizarse dentro de
cabinas a prueba de explosiones de aerosoles y empleando
aparatos respiradores con filtros para aerosoles y cartuchos para
vapores orgánicos; deben evitarse las llamas abiertas, los cigarrillos
encendidos y otras fuentes de ignición (por ejemplo, pilotos
encendidos) al aplicar acabados inflamables o al utilizar
aerosoles.
Eliminación de pinturas
La eliminación de las pinturas y barnices viejos se realiza con
productos decapantes que contienen disolventes tóxicos y por lo
común inflamables. Los productos “no inflamables” para
eliminar pinturas suelen contener cloruro de metileno. Se emplea
también sosa cáustica (hidróxido de sodio), ácidos y sopletes. Los
tintes de maderas viejas suelen eliminarse con productos blanqueadores
que contienen álcalis corrosivos y ácido oxálico, peróxido
de hidrógeno e hipoclorito. Los sopletes a veces vaporizan la
pintura, con el consiguiente riesgo de intoxicación por el plomo
que tienen algunas pinturas; asimismo pueden provocar
incendios.
Respecto a las precauciones necesarias al manejar disolventes
para eliminar la pintura, véase la sección anterior. Hay que
emplear guantes y gafas protectoras para trabajar con sosa cáustica,
y blanqueadores de ácido oxálico o de cloro. Es recomendable
disponer de una ducha de emergencia y una fuente para el
lavado de los ojos. Por último, deben evitarse los sopletes para
eliminar pinturas con plomo.
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