Las características físicas de los materiales pueden afectar al
trabajador. Los materiales ásperos, espinosos o abrasivos pueden
provocar cortes y raspaduras en la piel. Las fibras de vidrio, las
hierbas rígidas y la rota pueden penetrar en la piel y causar infecciones
y erupciones. Los trabajadores de tejidos pasan sentados
largos períodos de tiempo durante su trabajo, con movimientos
repetitivos de los brazos, muñecas, manos y dedos, e incluso de
todo el cuerpo, exponiéndose a dolores y posibles lesiones musculares.
Así, los tejedores pueden contraer el síndrome del túnel
carpiano, dolores de espalda o deformaciones esqueléticas al tejer
en cuclillas con telares antiguos (sobre todo los niños), trastornos
en las manos y los dedos (hinchazón en articulaciones, artritis,
neuralgias) al coser y atar nudos, y vista cansada a consecuencia
de una iluminación insuficiente (Figura 96.5). Muchos de estos
problemas también se dan en otros oficios textiles en los que el
trabajo requiere coser, atar nudos, tejer con aguja, etc. En los
procesos de costura existe además el riesgo de pincharse con las
agujas.
Los trabajadores de la industria de fabricación de papel
pueden sufrir lesiones de espalda al levantar grandes y pesadas
pantallas con la pasta de papel empapada en agua.
Precauciones
Como en todo trabajo, los riesgos están en función de la duración
de la jornada, el número de días de trabajo y de semanas al año,
el volumen de trabajo, las características del lugar de trabajo y
la naturaleza de la actividad en sí. También pueden afectar a la
salud del trabajador las condiciones de ventilación e iluminación.
Una o dos horas semanales en un telar con el ambiente cargado
de polvo no provoca problemas serios de salud, excepto para individuos
alérgicos al polvo. Por el contrario, períodos prolongados
de tiempo en esas condiciones durante meses o años pueden
acarrear serios trastornos de salud. Por otra parte, basta con
levantar un objeto pesado de forma incorrecta para sufrir una
lesión de la columna.
En el trabajo con fibras y tejidos deben seguirse las siguientes
precauciones generales:
• Emplear únicamente materiales de origen animal o vegetal que
hayan sido convenientemente tratados y fumigados. Otros
materiales deberán limpiarse o lavarse, y almacenarse en recipientes
cerrados para reducir los niveles de polvo.
• Barrer y fregar con frecuencia los suelos y superficies de la
zona de trabajo.
• En muchos países se exige a los fabricantes que faciliten información
sobre los aspectos de seguridad y riesgos de determinados
productos químicos (tintes, adhesivos, pinturas o
disolventes) incluidos en los artículos que comercializan, recogida
a menudo en forma de fichas técnicas de seguridad (FTS).
Debe solicitarse dicha información.
• Evitar comer, beber y fumar en el lugar de trabajo.
• Efectuar descansos periódicos y realizar ejercicios en trabajos
que supongan movimientos repetitivos.
• Modificar los procesos de trabajo a fin de reducir la necesidad
de realizar demasiados esfuerzos y de levantar pesos excesivos.
Por ejemplo, en la fabricación de papel pueden utilizarse
pantallas más pequeñas para la pasta o levantarla entre dos
personas.
• Utilizar ventilación aspirante cuando se trabaje con pinturas a
pistola y materiales que desprendan polvo, o al calentar cera y
utilizar materiales que contengan disolventes, como pinturas
grasas y rotuladores de tinta.
• Evitar el calentamiento de ácidos y álcalis, siempre que sea
posible, y llevar delantales, guantes, gafas y pantallas protectoras
faciales.
• Tener en cuenta que el polvo, los gases y los vapores se
extienden por los edificios y pueden afectar a otras personas,
especialmente a niños, bebés, personas mayores y enfermos
crónicos.
• Consultar con higienistas industriales o con profesionales de la
salud y la seguridad antes de montar un taller de producción.
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