La industria de la joyería utiliza piedras preciosas y semipreciosas,
piedras sintéticas, conchas, corales, perlas, metales preciosos,
esmaltes metálicos y otros materiales más modernos, como
resinas epóxicas y polímeros de vinilo, con el fin de fabricar
anillos, pendientes, collares, colgantes y otros objetos de adorno
personal. El tamaño y los procesos de trabajo de los talleres de
joyería son variables, como lo son los riesgos a ellos asociados.
Procesos, riesgos y precauciones
Piedras preciosas e incrustaciones
Gran parte de la manufactura de joyas consiste en la incrustación
de piedras preciosas en metales preciosos o aleaciones de éstos. Las piedras se cortan con la forma deseada y luego se
pulen. Los metales que sirven de base se modelan y pulen. Las
incrustaciones se han hecho tradicionalmente con moldes de
“inyección”. Las aleaciones con un punto de fusión bajo, como
las de cadmio y mercurio, se han empleado también en la fundición
de metales. Los métodos de vaciado recientes han supuesto
un avance, al permitir mayor calidad en los objetos fundidos. Las
piedras se pegan a sus bases de metal mediante adhesivos, por
soldadura o por grapas aplicadas mecánicamente sobre partes
del marco de metal. Las bases suelen revestirse con capas de
metales preciosos.
Los riesgos para la salud suelen originarlos las exposiciones a
humos de metales, vapores de ceras o polvo de las piedras y
metales, y la escasa iluminación, que puede dañar la vista. El
trabajo con piezas finas de joyería requiere en general una ventilación
adecuada, iluminación suficiente y el empleo de lentes de
aumento. Se recomiendan también puestos de trabajo con un
diseño ergonómico apropiado.
Corte y pulido de piedras
Las piedras preciosas, semipreciosas y sintéticas (diamante, jade,
rubí, granate, jaspe, travertino, ágata, ópalo, turquesa y amatista)
suelen cortarse en la forma deseada con pequeñas sierras antes de
su incrustación. Los riesgos más frecuentes son las heridas en la
piel y en los ojos, y los peligros para la salud derivados de la inhalación
de polvos (por ejemplo, silicosis causada por piedras de
cuarzo).
Entre otras medidas preventivas se encuentran la instalación
de recolectores de polvo, de sistemas de ventilación, el empleo
de lentes de aumento, la adecuada iluminación del lugar de
trabajo, el diseño ergonómico de los puestos de trabajo e instrumentos
y el empleo de gafas protectoras.