viernes, 31 de enero de 2014

HERRAMIENTAS, MAQUINAS Y MATERIALES - III

Entre las herramientas neumáticas se incluyen cinceladoras, taladros, martillos y lijadoras. Algunas herramientas neumáticas disparan elementos de fijación a alta velocidad y presión contra las superficies y, de resultas de ello, encierran el riesgo de disparar estos elementos contra el usuario u otras personas. Si el objeto a fijar es delgado, la fijación puede atravesarlo y golpear a alguien a una cierta distancia. Estas herramientas pueden ser ruidosas y causar sordera. Las mangueras de aire deberán estar firmemente conectadas antes de su uso para evitar que se desconecten y den latigazos. Asimismo deberán protegerse de posibles daños y abusos. Nunca se apuntará a nadie, ni siquiera a uno mismo, con las pistolas de aire comprimido. Se usarán las protecciones de ojos, cara y auditivas. Quienes manejen los martillos picadores deberán usar calzado de protección por si estas pesadas herramientas les caen encima.

Las herramientas accionadas por gas presentan riesgos de explosión del combustible, en particular durante su llenado. Deberán llenarse sólo después de su parada y enfriamiento. Si se llenan en un espacio cerrado debe habilitarse una buena ventilación. El empleo de estas herramientas dentro de un recinto cerrado también puede causar problemas por exposición al monóxido de carbono. 

Las herramientas activadas por pólvora actúan como pistolas cargadas y deberán ser manejadas exclusivamente por personal experimentado en su uso. Nunca se deberán cargar hasta inmediatamente antes de su uso y nunca se dejarán cargadas y abandonadas. El disparo implica dos movimientos: posicionar la herramienta y apretar el gatillo. Las herramientas activadas por pólvora requerirán al menos 5 libras (2,3 kg) de presión contra la superficie antes de poder dispararse. Estas herramientas no se usarán en atmósferas explosivas. Nunca se apuntará a nadie con ellas deberán inspeccionarse antes de usarlas. Estas herramientas deberán llevar un dispositivo protector de seguridad a la salida del cañón para evitar que despidan fragmentos voladores en el momento del disparo. Las herramientas defectuosas deberán ser retiradas del servicio inmediatamente y etiquetadas o condenadas para asegurarse de que nadie las use hasta que estén reparadas. Las herramientas activadas por pólvora para aplicaciones de fijación no se dispararán contra materiales que el clavo pueda atravesar y dar a alguien, ni deberán aplicarse cerca de un borde, en cuyo caso el material podría astillarse y romperse.

jueves, 30 de enero de 2014

HERRAMIENTAS, MAQUINAS Y MATERIALES - II

Las herramientas mecánicas, en general, son más peligrosas que las manuales, porque la potencia es mayor. Los principales peligros originados por las herramientas mecánicas se deben a un arranque accidental y a resbalones o pérdida de equilibrio durante su manejo. La fuente de energía también puede causar lesiones o muerte, por ejemplo, por electrocución al trabajar con herramientas eléctricas o por explosión de gasolina causada por herramientas de combustible líquido. La mayoría de las herramientas mecánicas están dotadas de una protección de sus partes móviles cuando la herramienta no está funcionando. Estas protecciones necesitan estar en perfectas condiciones de trabajo y no ser invalidadas. Una sierra circular portátil, por ejemplo, deberá tener una protección superior que cubra la mitad superior de su hoja y una protección inferior retráctil que cubra los dientes cuando la máquina no funciona. La protección retráctil deberá volver automáticamente a cubrir la mitad inferior de la hoja cuando la herramienta deje de funcionar. Las herramientas mecánicas suelen tener interruptores de seguridad que desconectan la herramienta tan pronto como se acciona el interruptor. Otras herramientas están provistas de retenes que deben accionarse antes de que la máquina pueda funcionar. Un ejemplo es una máquina de fijación que tiene que ser presionada contra una superficie antes de poder dispararse.
Uno de los riesgos principales de las herramientas eléctricas es el peligro de electrocución. Un cable pelado o una herramienta sin toma de tierra (que cerrará el circuito eléctrico con tierra en caso de emergencia) puede hacer que la electricidad pase por el cuerpo y produzca la muerte por electrocución. Ello se puede evitar usando herramientas con doble aislamiento (cables aislados en una carcasa aislada), herramientas conectadas a tierra e interruptores para el caso de fallo de la puesta a tierra (que detectan la ausencia de electricidad en un cable y desconectan la herramienta automáticamente); no usando nunca herramientas eléctricas en sitios húmedos o con agua; y usando guantes aislantes y calzado de seguridad. Los cables de conexión tienen que protegerse de posibles daños y abusos. 
Otros tipos de herramientas mecánicas incluyen las de disco abrasivo motorizadas, como muelas, cortadoras o pulidoras, que acarrean el riesgo de desprendimiento de trozos despedidos por el disco. Deberá comprobarse el disco para asegurarse de que no tenga grietas y de que no se partirá y volará en pedazos durante su uso. Deberá girar libremente sobre su eje. La persona que lo maneje no se situará nunca delante del disco cuando éste se ponga en marcha, por precaución ante su posible rotura. Es esencial el uso de protecciones oculares cuando se manejen estas herramientas.

miércoles, 29 de enero de 2014

HERRAMIENTAS, MAQUINAS Y MATERIALES - I

HERRAMIENTAS 

Las herramientas son particularmente importantes en los trabajos de construcción. Se usan fundamentalmente para unir elementos (p. ej., martillos o pistolas de clavar) o para separarlos (martillos perforadores y sierras). Las herramientas se clasifican frecuentemente en herramientas de mano y herramientas mecánicas. Las herramientas de mano incluyen todas las herramientas sin motor, tales como martillos y alicates. Las herramientas mecánicas se dividen en varias clases, según de la fuente de energía que utilicen: herramientas eléctricas (movidas por electricidad); herramientas neumáticas (movidas por aire comprimido); herramientas de combustible líquido (generalmente movidas por gasolina), herramientas activadas por pólvora (generalmente accionadas por un explosivo y que funcionan como una pistola) y herramientas hidráulicas (movidas por la presión de un líquido). Cada tipo presenta problemas de seguridad particulares. 
Las herramientas manuales incluyen una gran variedad de herramientas, desde hachas a llaves de tuerca. El riesgo fundamental con este tipo de herramientas es recibir golpes propinados por la herramienta o por la pieza con que se está trabajando. Las lesiones oculares son muy corrientes al usar las herramientas manuales: por ejemplo, un trozo de madera o de metal puede salir volando e introducirse en un ojo. Algunos de los problemas más importantes se suscitan por el uso de una herramienta inadecuada para un trabajo o de una herramienta carente de un mantenimiento adecuado. El tamaño de la herramienta es importante: hombres y mujeres con manos relativamente pequeñas tienen dificultad para el manejo de herramientas de gran tamaño. Las herramientas embotadas pueden dificultar el trabajo, exigir un esfuerzo mayor y producir más lesiones. Un cincel con la punta roma puede estallar con el impacto y lanzar trozos por el aire. Es también importante que la superficie de trabajo sea adecuada. El corte de material con un ángulo inadecuado puede producir pérdida de equilibrio y lesiones. Además, las herramientas manuales pueden producir chispas que pueden ocasionar explosiones si se está trabajando junto a líquidos o vapores inflamables. En tales casos se necesitan herramientas antichispa, como las fabricadas con latón o aluminio.

martes, 28 de enero de 2014

Caídas y otros riesgos

Las caídas en las zanjas desde el exterior y en su interior pueden evitarse dotándolas de medios seguros y profusos para entrar y salir de ellas; pasarelas o puentes seguros, por las que los trabajadores y el equipo puedan o deban cruzar por encima de las zanjas; vallas adecuadas para evitar que otros trabajadores, los mirones o la maquinaria se aproximen a la zanja. Las caídas de materiales o herramientas pueden causar la muerte o lesiones por golpes en la cabeza y en el cuerpo, por aplastamiento o por asfixia. Los productos de la excavación deben apilarse al menos a 0,6 m del borde de una zanja; se debe colocar una barrera que impida que el terreno y las piedras puedan rodar dentro de la zanja. Hay que evitar que los demás materiales, como tuberías, caigan o rueden dentro de la zanja. No se debe permitir que haya personas trabajando bajo cargas suspendidas o manipuladas por la maquinaria de excavación. 
Antes de comenzar la excavación hay que señalizar la situación de todos los conductos, para evitar electrocuciones o graves quemaduras producidas por el contacto con líneas eléctricas. No se puede permitir que las plumas de la maquinaria trabajen cerca de tendidos eléctricos; si es necesario, estas líneas deben ser enterradas o retiradas. 
A menudo, una muerte o una lesión grave en una zanja puede ser el corolario de un intento de rescate mal concebido. La víctima y los que tratan de rescatarla pueden encontrarse atrapados o resultar abatidos por gases o humos letales o verse faltos de oxígeno; resultar ahogados; también pueden sufrir mutilaciones por la maquinaria o cuerdas empleadas en el rescate. Estas tragedias añadidas pueden evitarse siguiendo un plan de seguridad e higiene. El equipo, como los contadores de comprobación de la calidad del aire, bombas de agotamiento y ventiladores, debe estar en buen estado de mantenimiento, montado adecuadamente y disponible en el lugar de trabajo. La dirección debe instruir a los trabajadores en torno a las prácticas de seguridad en el trabajo, a la par que exigirles que las respeten y que utilicen todo el equipo de protección individual necesario.

lunes, 27 de enero de 2014

Gases y humos letales y falta de oxígeno

Las atmósferas dañinas pueden causar la muerte o lesiones de los trabajadores a causa de: falta de oxígeno, incendio, explosión o exposición a gases tóxicos. Siempre que existan o que se sospeche que puedan existir condiciones anormales, es preciso realizar pruebas de la atmósfera de las zanjas. Esto es especialmente válido en las inmediaciones de basuras enterradas, en cámaras subterráneas, en depósitos de combustibles, pozos de registro, ciénagas, plantas de procesos químicos y otras instalaciones que puedan despedir humos o gases tóxicos o que consuman el oxígeno del aire. Deben separarse unos de otros los tubos de escape de la maquinaria de construcción. 
La calidad del aire se puede determinar mediante instrumentos desde el exterior de la zanja. Ello se puede lograr haciendo descender un contador o su sonda dentro de la zanja. 
Los ensayos para determinar la calidad del aire en las zanjas deben efectuarse en el siguiente orden: En primer lugar, el oxígeno debe estar comprendido entre el 19,5 y el 23,5 %. En segundo lugar, la inflamabilidad o explosividad no debe superar el 10 % de los límites inferiores inflamables o explosivos (LFL o LEL). En tercer lugar, los niveles de las sustancias potencialmente tóxicas, como el ácido sulfhídrico, deben compararse con la información publicada al respecto. (En Estados Unidos, el Manual de bolsillo de riesgos químicos, del National Institute for Occupational Safety and Health, es una fuente de información que ilustra los límites de exposición permisibles (PEL). Si la atmósfera es normal, los trabajadores pueden entrar en el recinto. Una atmósfera anormal puede ser corregida mediante ventilación, pero no se puede interrumpir su seguimiento y control. Para acceder a colectores de desagüe y recintos similares en los que el aire cambia constantemente se requiere (o debería requerirse) un permiso. Los procedimientos de esta índole exigen un equipamiento completo y un conjunto de 3 personas: un supervisor, un ayudante y una persona que entre.

sábado, 25 de enero de 2014

Anegamientos


Para evitar la inundación de una zanja por aguas corrientes o del alcantarillado se recomiendan varias medidas. En primer lugar, ponerse en contacto con las compañías de servicios para saber dónde se encuentran las tuberías de agua (o de cualquier otro fluido). En segundo lugar, hay que cerrar las válvulas de alimentación de agua a las tuberías que discurren por la zanja. Hay que evitar hundimientos que puedan causar la rotura de tuberías maestras de agua o canalización. Todas las tuberías, así como el resto de equipos deben sustentarse firmemente.

viernes, 24 de enero de 2014

Protección de los trabajadores - III

Existen en el mercado nuevos productos que combinan las propiedades de una entibación y un escudo; algunos de ellos se utilizan en terrenos de alta peligrosidad. Estas unidades mixtas de entibación-escudo se pueden usar como escudos estáticos o a modo de entibación, transmitiendo empujes contra las paredes de la zanja por vía mecánica o hidráulica. Las unidades de menor tamaño son especialmente útiles cuando se reparan roturas de tuberías de servicios en las calles de una ciudad. Las más voluminosas, formadas por escudos y paneles, se pueden hincar en el terreno por medios mecánicos o hidráulicos. A continuación se excava el terreno en el interior del escudo.

jueves, 23 de enero de 2014

Protección de los trabajadores - II


Los escudos o cajas de excavación de zanjas son elementos de protección individual de gran tamaño; no impiden el derrumbamiento de las paredes de la zanja, pero protegen a los trabajadores que se encuentran en su interior. Los escudos suelen fabricarse de acero o aluminio y su tamaño oscila comúnmente entre 1 a 3 m de altura y 2 a 7 m de longitud; existen muchos otros tamaños. Los escudos deben superponerse (véase la Figura 93.8). Deben existir sistemas de protección in situ para contrarrestar los movimientos peligrosos de los escudos en caso de que una pared de la zanja se derrumbe. Uno de estos sistemas consiste en efectuar el relleno a ambos lados del escudo.

miércoles, 22 de enero de 2014

Protección de los trabajadores - I

El ataluzado evita el desplome de las zanjas, al eliminar el peso (del terreno) que puede dar origen a la falta de estabilidad de la zanja. El ataluzado, incluyendo el banqueo (ataluzado hecho en varios escalones) requiere que la zanja tenga una mayor anchura en su parte superior. El ángulo del talud depende del terreno y de las condiciones en que se encuentra, pero los taludes varían desde 0,75 horizontal: 1 vertical a 1,5 horizontal: 1 vertical. 
El talud de 1,5 de base por 1 de altura requiere un ensanchamiento de 1,5 m por cada metro de profundidad, a ambos lados de su parte superior. Incluso la menor inclinación de un talud resulta beneficiosa. Sin embargo, los anchos que requieren los taludes impiden a menudo su aplicación en las obras de construcción. La entibación se puede usar en todos los casos. Una entibación consiste en un montante a cada lado de la zanja con codales entre ambos (véase la Figura 93.5). 
Las entibaciones contribuyen a evitar el hundimiento de las paredes de la zanja, al empujar hacia fuera contra las paredes de la misma. Las entibaciones clareadas consisten en ,montantes y arriostramientos transversales, con el terreno formando arco entre ellos; se usan en terrenos arcillosos, que son los que presentan una mayor cohesión. Los montantes no deben distar más de 2 m entre sí. Se pueden alcanzar mayores separaciones entre los arriostramientos mediante el empleo de largueros horizontales que mantengan los montantes en su sitio (véase la Figura 93.6). La entibación tupida se emplea en terrenos granulosos y de escasa cohesión; las paredes de la zanja se protegen totalmente con tableros (véase la Figura 93.7). Los tableros pueden ser de madera, metálicos o de fibra de vidrio; son corrientes los paneles de acero. La entibación estanca se emplea cuando se encuentran minas o filtraciones de agua. 
El empanelado estanco impide que el agua erosione y arrastre las partículas del terreno al interior de la zanja. Un sistema de entibación siempre ha de mantenerse bien apretado contra el terreno para evitar los derrumbamientos. Los codales pueden ser de madera o roscados; pueden ser gatos hidráulicos o neumáticos. Los largueros pueden ser de madera o metálicos.

martes, 21 de enero de 2014

Tipos de terreno y entorno

La elección adecuada de un sistema de protección de los trabajadores depende del terreno y de las condiciones del entorno. La resistencia del terreno, la presencia de agua y las vibraciones originadas por la maquinaria o por otras causas próximas, son factores que afectan a la estabilidad de las zanjas. 

Los terrenos en los que se ha practicado una excavación con anterioridad, nunca recuperan su resistencia. La acumulación de agua en una zanja, independientemente de su profundidad, es indicativa de la situación más peligrosa. Antes de la elección de un sistema adecuado para la protección de los trabajadores, es preciso tener en cuenta la clase del terreno y evaluar el escenario de la construcción. Un plan de seguridad y salud adecuado de un proyecto debe dar respuesta a las condiciones y riesgos singulares del mismo. Los terrenos se pueden clasificar en dos grandes grupos: cohesivos y granulosos. Los terrenos cohesivos contienen un mínimo del 35 % de arcilla; si se amasan en forma de cilindros de 50 mm de longitud y 5 mm de diámetro y se suspenden de un extremo, no se rompen. 

Las paredes de las zanjas practicadas en terrenos cohesivos se mantienen verticales durante cortos períodos de tiempo. Estos terrenos son responsables de tantas muertes por derrumbamiento como cualquier otro tipo de terreno, ya que el terreno aparentemente es estable y, a menudo, no se toman precauciones Los terrenos granulosos consisten en limos, arena, grava o material de mayor tamaño. Estos tipos de terreno, cuando están húmedos, ofrecen una cohesión aparente (a semejanza de los castillos de arena); cuanto más finas son las partículas, mayor es la cohesión aparente. 

Sin embargo, cuando se encuentran sumergidos o están secos, los terrenos granulosos de tamaño más grueso se desmoronan inmediatamente, hasta alcanzar un ángulo de estabilidad, comprendido entre 30 y 45°, según la forma redondeada o angular de sus partículas.

lunes, 20 de enero de 2014

Derrumbamiento de las paredes de la zanja

La causa más importante de las muertes relacionadas con los trabajos en zanjas es el derrumbamiento de las paredes de las mismas, que puede ocasionar el aplastamiento o la asfixia de los trabajadores. 

Las paredes de la zanja pueden resultar debilitadas a consecuencia de actividades realizadas en el exterior, pero en las inmediaciones de la misma. No deben colocarse cargas pesadas en el borde de la zanja. No deben excavarse zanjas en la proximidad de estructuras como edificios o líneas férreas, ya que la excavación puede socavarlas y debilitar sus cimientos, causando de este modo el hundimiento de las estructuras y de las paredes de la zanja. En las fases de planificación conviene solicitar el asesoramiento de un ingeniero o técnico competente. No se debe permitir que los vehículos se aproximen demasiado a los bordes de la zanja; a tal efecto, es aconsejable colocar topes horizontales o banquetas de tierra.

domingo, 19 de enero de 2014

ZANJAS

Las zanjas son recintos confinados que se excavan, generalmente, para enterrar conducciones de servicios o para ubicar cimientos. Las zanjas, normalmente, tienen mayor profundidad que anchura, considerando el ancho del fondo, y suelen tener una profundidad inferior a 6 metros; se denominan también excavaciones superficiales (poco profundas). 
Un recinto confinado se define como un espacio que tiene unas dimensiones suficientes para que un obrero se introduzca en él y pueda realizar un trabajo; tiene unos medios limitados para entrar en el mismo y salir de él y no está proyectado para una ocupación continuada. Deberán disponerse varias escaleras para que los obreros puedan evacuar la zanja. Lo normal es que las zanjas permanezcan abiertas por espacio de unos minutos o unas horas. Las paredes de cualquier zanja acabarán desmoronándose; es simplemente una cuestión de tiempo. 
La estabilidad aparente a corto plazo constituye una tentación para que el contratista haga entrar a los obreros en una zanja peligrosa, con la esperanza de obtener un rápido avance y una mejora económica. De resultas de ello pueden sobrevenir muertes o lesiones serias y mutilaciones. Además de estar expuestos a la posibilidad de derrumbamiento de las paredes de las zanjas, los que trabajan dentro d las mismas pueden sufrir lesiones o morir a consecuencia de inundaciones por agua o por residuos sanitarios, por la presencia de gases peligrosos o por falta de oxígeno, por caídas, caídas de materiales o herramientas, por entrar en contacto con cables eléctricos cortados o por un salvamento inadecuado. Como ejemplo, al menos un 2,5 % de las muertes por accidentes laborales que se producen anualmente en EE.UU. son achacables a desprendimientos de tierras. 
La edad media de los trabajadores muertos en zanjas en EE.UU. es de 53 años. A menudo, una persona joven resulta atrapada por un desprendimiento de tierras y otros trabajadores intentan rescatarle. En los intentos de rescate fallidos, la mayoría de los muertos corresponden a los potenciales salvadores. En caso de derrumbe es preciso llamar inmediatamente a equipos de urgencia adiestrados en este tipo de rescates. Es esencial la inspección rutinaria de las paredes de la zanja y el uso de los sistemas de protección de los trabajadores. Las inspecciones deben efectuarse diariamente antes de empezar los trabajos y después de cualquier incidencia —tal como tormentas, vibraciones o rotura de tuberías— que pueda incrementar los riesgos. A continuación se incluyen descripciones de las situaciones peligrosas y la manera de evitarlas.

sábado, 18 de enero de 2014

Túneles subacuáticos

Los túneles, si se perforan en terreno poroso debajo del agua, pueden tener que ejecutarse en atmósfera de aire comprimido. Es una práctica extendida perforar túneles para el transporte público en el centro de las ciudades pasando por debajo de los ríos, debido a la falta de espacio aéreo y a consideraciones medioambientales. Los trabajos con aire comprimido se limitarán al mínimo posible debido a su peligro e ineficacia. 
Los túneles subacuáticos en terreno poroso tendrán que revestirse con anillos de hormigón o hierro fundido que se juntan con mortero. Pero en el frente de excavación del túnel y dada la corta longitud del anillado del túnel, no habrá un espacio suficientemente hermético para proseguir el trabajo sin algún medio de agotamiento del agua. Puede ser necesario ejecutar en atmósfera de aire comprimido el trabajo en el frente del túnel y la colocación de anillos y dovelas, que forma parte del proceso de perforación y revestimiento del mismo. Los operarios que conducen el avance (p. ej., en un escudo, manejando el frente cortante rotatorio) o que usan herramientas manuales, y los que manejan la maquinaria de colocación de anillos y dovelas, tendrán que introducirse por una esclusa de aire. El resto del túnel ya revestido no precisará aire comprimido, y, de este modo, será más fácil el tránsito de personal y materiales. Los trabajadores en túneles que tienen que trabajar en una atmósfera de aire comprimido están expuestos al mismo riesgo de enfermedad de los buzos que los trabajadores en cajones y los submarinistas. La esclusa de aire que da acceso a la cámara de trabajo con aire a presión, deberá ser complementada con una segunda esclusa, por la cual pasarán los trabajadores para efectuar la descompresión al acabar su turno. Si sólo existe una esclusa, ello puede crear embotellamientos y ser peligroso. 
Los riesgos surgen cuando los obreros no hacen la descompresión con la lentitud suficiente al final del turno, o si la falta de capacidad de la esclusa retrasa la entrada de equipo vital para los trabajos bajo presión. Las esclusas de aire y las cámaras de descompresión deberán estar bajo la supervisión de una persona competente y experimentada en trabajos de túnel bajo aire comprimido y su adecuada descompresión.

viernes, 17 de enero de 2014

Cajones

Los cajones son muy semejantes a cazos invertidos cuyos bordes se asientan en el lecho del puerto o del río. A veces se usan cajones abiertos que, como su nombre indica, están abiertos por su parte superior. Se utilizan en tierra firme para perforar un pozo mediante hinca en terreno blando. El borde inferior del cajón es afilado, los trabajadores excavan en el interior del cajón, y éste se va hincando en el terreno a medida que se retira la excavación, formándose de esta manera el pozo. Cajones abiertos similares se usan en aguas poco profundas, pero su profundidad se puede hacer mayor, añadiendo secciones por arriba, a medida que el cajón se hunde en el fondo del río o del puerto. Los cajones abiertos confían al bombeo el control de la entrada del agua y tierra en la base del cajón. Para trabajos a mayores profundidades tendrá que utilizarse un cajón cerrado. Para desplazar el agua se bombea aire comprimido, y los trabajadores pueden entrar en él a través de una esclusa de aire, generalmente situada en su parte superior, y bajar al lugar de trabajo en la atmósfera de esa cámara. Los obreros pueden trabajar debajo del agua, pero están libres de las limitaciones de llevar un equipo de buceo, y su visibilidad es mucho mejor. Los riesgos en el trabajo en cajones neumáticos son la enfermedad del buzo y —como en todos los tipos de cajón, incluso el cajón abierto más sencillo— el ahogamiento si el agua penetra en el cajón por algún fallo estructural o por pérdida de la presión del aire. Debido al riesgo de entrada de agua, en todo momento deberán estar disponibles medios de escape, tales como escaleras hasta el punto de entrada, tanto en cajones abiertos como neumáticos. 

Los cajones deben inspeccionarse diariamente antes de su utilización, por alguien competente y experimentado en este tipo de trabajos. Los cajones serán izados y bajados por unidades individuales con maquinaria pesada de elevación, o pueden montarse a base de sus componentes dentro del agua. El montaje de cajones debe ser supervisado por una persona igualmente competente.

jueves, 16 de enero de 2014

Trabajos submarinos - II

Los buzos deberán ser consultados por su supervisor si se encuentran en buena condición, en especial si padecen alguna dolencia respiratoria, antes de permitir su inmersión. El equipo de inmersión (trajes, cinturones, cuerdas, máscaras y botellas con sus válvulas) deberá comprobarse cada día antes de su uso. Los buzos deberán demostrar que saben manejar satisfactoriamente las botellas y válvulas de demanda en presencia de su supervisor. 

En caso de accidente u otros motivos para el súbito ascenso de un buzo a la superficie, puede experimentar o sentirse en peligro de experimentar la enfermedad del buzo y requerir una recompresión. Por tal razón es deseable que, antes de comenzar la inmersión, se sepa dónde encontrar una cámara de descompresión médica o en todo caso adecuada para submarinistas. El personal a cargo de la cámara deberá ser alertado de que se está realizando una inmersión. Deberán estar disponibles los medios para el rápido transporte de los submarinistas con necesidad de descompresión. 

A causa de su instrucción y del equipo necesario, además del apoyo que precisan por razones de seguridad, el empleo de buzos es muy caro, a pesar de que el tiempo de trabajo real sumergido sea breve. Por estas razones existe la tentación entre los contratistas de trabajos submarinos de utilizar buzos poco instruidos o aficionados o equipos de inmersión faltos de efectivos o equipamiento. Sólo debe recurrirse para este tipo de trabajos a contratistas de confianza y se ha de prestar atención especial para la selección de buzos que afirman haber recibido entrenamiento en otros países con unos niveles menos exigentes.

martes, 14 de enero de 2014

Trabajos submarinos - I

Inmersiones Las inmersiones constituyen una forma especializada de trabajo submarino. Los riesgos a que se enfrentan los que las realizan son: ahogamiento, mal de descompresión (mal de los buzos), hipotermia a causa del frío y atrapamiento debajo del agua. Las inmersiones pueden ser precisas durante la construcción o mantenimiento de muelles, de diques de defensa del mar y de ríos, de espigones y de estribos de puentes. Frecuentemente han de efectuarse en aguas de escasa visibilidad o en lugares en que existe el riesgo de que el buzo y su equipo queden enredados. La inmersión se puede efectuar desde tierra firme o desde un barco. Si el trabajo precisa de un solo buzo, se necesitará un equipo mínimo de tres personas por razones de seguridad. El equipo constará del buzo que se sumerge, de otro buzo de reserva totalmente equipado, presto a entrar en el agua inmediatamente en caso de emergencia y de un supervisor a cargo de la inmersión. El supervisor de la inmersión deberá encontrarse en un puesto seguro en tierra o en el barco desde el que se va a efectuar la inmersión. Las inmersiones a profundidades menores de 50 m se llevan a cabo normalmente por hombres rana equipados de trajes húmedos (es decir, trajes que no repelen el agua) y con equipos de respiración submarina independientes con máscara facial abierta (p. ej., equipo de submarinismo). A profundidades superiores a 50 m o en aguas muy frías, será necesario que los submarinistas lleven trajes que se calientan con alimentación de agua caliente bombeada y máscaras de respiración cerradas, y un equipo para respirar aire no comprimido, sino mezclado con ciertos gases (p. ej., inmersión con gas mixto). Los submarinistas deben llevar una cuerda de seguridad adecuada y tienen que poder comunicarse con la superficie y, en particular, con el supervisor de la inmersión. Cuando se realiza una inmersión los servicios de emergencia locales deberán ser informados de ello por el contratista de los trabajos.
Tanto el equipo de inmersión como los submarinistas han de pasar exámenes y pruebas. Los submarinistas deberán recibir instrucción hasta un nivel reconocido nacional o internacional, en primer lugar y en todo caso para inmersiones con aire normal y, en segundo lugar, para inmersiones con aire mezclado con gas, si se tiene que emplear este método. Deberán acreditar por escrito que han completado satisfactoriamente un curso de instrucción en inmersión. Los que practican inmersiones deben pasar anualmente un reconocimiento médico a cargo de un doctor con experiencia en medicina hiperbárica. Cada uno tendrá un cuaderno personal en el que se lleve un registro de sus reconocimientos físicos y de las inmersiones realizadas. Si el submarinista ha sido suspendido para hacer inmersiones a causa de un reconocimiento médico, ello también se registrará en el cuaderno de su historial. Un submarinista que se encuentra suspendido no podrá ser autorizado para sumergirse ni para actuar como persona de reserva para la inmersión.

lunes, 13 de enero de 2014

Trabajos junto al agua o dentro del agua

Los trabajos junto al agua o dentro del agua, tal como el mantenimiento y construcción de puentes, el trabajo en dársenas y los trabajos de defensa de orillas marítimas y fluviales presentan riesgos singulares. El riesgo se puede ver incrementado si el agua está en movimiento o es afectada por las mareas, en oposición a las aguas quietas; el rápido movimiento del agua dificulta el rescate de los que se caen en ella. Las caídas en el agua presentan el riesgo de ahogamiento (incluso en aguas poco profundas, si la persona se lesiona al caer, además de hipotermia si el agua está fría, e infección si el agua se encuentra contaminada). La primera precaución para evitar que los trabajadores caigan es asegurarse de la existencia de pasarelas adecuadas y zonas de trabajo con barandillas. No se permitirá que estas estén húmedas y resbaladizas. Si no es posible el uso de pasarelas, como tal vez en las primeras fases de montaje de la estructura metálica, los obreros deberán llevar cinturón de seguridad y cuerdas amarradas a puntos de anclaje seguros. Estos deberán ser complementados con redes de seguridad tendidas bajo el lugar de trabajo. Se deberán habilitar escaleras y sogas de amarre para ayudar a los obreros que caigan a salir del agua, como por ejemplo en los bordes de las dársenas y de diques de defensa marítima. Mientras los obreros estén en una plataforma desprotegida de barandillas adecuadas o se desplacen para ir o regresar del lugar de trabajo, deben llevar chalecos salvavidas. Las boyas de salvamento y las amarras de rescate deberán colocarse en intervalos regulares a lo largo de la orilla. La construcción de muelles y el mantenimiento de ríos y diques marítimos implica a menudo el uso de barcazas para transportar los aparejos de pilotar y las excavadoras que retiran los productos del dragado. Tales barcazas equivalen a plataformas de trabajo y deberán llevar unas barandillas adecuadas, salvavidas y sogas de amarre y salvamento. Se deberá habilitar un acceso seguro desde la playa, muelle u orilla del río en forma de pasarelas con barandillas. Estas se dispondrán de modo que se acoplen con seguridad a los niveles cambiantes de las mareas. También habrá disponibles botes salvavidas, equipados a bordo con amarras y boyas y sogas de rescate. Si el agua está fría o en movimiento, los botes deberán tener una tripulación permanente, y deberán tener motor y estar prestos para efectuar una misión de rescate inmediatamente. Si el agua está contaminada por efluentes o alcantarillado industrial, deberán establecerse mecanismos para transportar a los que caigan a un centro médico o a un hospital para su inmediato tratamiento. El agua en las zonas urbanas se puede encontrar contaminada por la orina de las ratas que pueden infectar excoriaciones abiertas de la piel, causando el mal de Weil. Los trabajos sobre el agua se ejecutan a menudo en lugares que suelen estar sujetos a fuertes vientos, lluvia penetrante o heladas. Estas circunstancias aumentan el riesgo de caídas y la pérdida de calor. El tiempo severo puede causar la parada del trabajo, incluso en medio de un turno; para evitar una excesiva pérdida de calor puede ser necesario complementar las ropas de protección al frío o las normales impermeables con ropa interior térmica.

domingo, 12 de enero de 2014

Desmontaje

El desmontaje se diferencia de la demolición en que parte de la estructura o, más comúnmente, una gran pieza de maquinaria, se desmonta y se retira de su emplazamiento. Por ejemplo, la retirada parcial o total de una caldera para su sustitución, o la sustitución de las vigas metálicas del vano de un puente constituyen un desmontaje más bien que una demolición. Los operarios que se encargan del desmontaje suelen realizar muchos trabajos de corte de acero por medio de gas o de oxiacetileno para eliminar partes de la estructura o para debilitarla. Es posible que empleen explosivos para derribar alguna pieza de la maquinaria. Para la retirada de grandes jácenas o piezas de maquinaria emplean maquinaria de elevación pesada. Generalmente, los operarios que realizan estas actividades se enfrentan con los mismos riesgos: caídas, caída de objetos sobre ellos, ruido, polvo y sustancias dañinas que se dan en la demolición propiamente dicha. Los contratistas que llevan a cabo el desmontaje necesitan tener un sólido conocimiento de estructuras para asegurarse de que la remoción se efectúe en un orden que no cause un repentino e inesperado hundimiento de la estructura principal.

sábado, 11 de enero de 2014

Explosivos

La demolición mediante el empleo de explosivos se puede hacer con seguridad, pero se ha de planificar cuidadosamente y ha de ser ejecutada tan sólo por obreros experimentados, bajo una supervisión competente. A diferencia de las demoliciones militares con explosivos, el objetivo de las voladuras no consiste en reducir totalmente el edificio a un montón de escombros. 
El modo seguro de ejecutarlo, después del debilitamiento de la estructura, consiste en no emplear más explosivo que el necesario para derribar la estructura con certeza, de modo que los escombros puedan ser retirados con seguridad y recuperada la chatarra. Los contratistas que ejecutan la voladura deberán efectuar un reconocimiento de la estructura, y estudiar los planos y toda la información posible sobre el método y los materiales con que fue construida. Sólo con esta información es posible determinar, en primer lugar, si la voladura es idónea; dónde se han de colocar las cargas, cuánto explosivo se tiene que usar, qué pasos pueden ser necesarios para evitar la expulsión de los escombros y qué clase de zonas de separación será necesario establecer alrededor del lugar de la voladura, para proteger a los trabajadores y a los viandantes. Si se tiene que practicar un número de cargas, el disparo eléctrico con detonadores será normalmente más práctico, pero los sistemas eléctricos pueden tener fallos, por lo que en obras más sencillas puede ser más práctico y seguro el uso de un cordón detonador. 
Los aspectos de las voladuras que requieren una cuidadosa planificación previa son: saber lo que hay que hacer en caso de que falle una detonación o si la estructura no cae como estaba previsto y se queda colgando en un estado de inestabilidad peligroso. Si el trabajo se encuentra próximo a viviendas, carreteras o polígonos industriales, deberá alertarse a los moradores de la zona; la policía local se suele encargar de despejar la zona y cortar el tráfico de peatones y vehículos. Las estructuras altas, como torres de televisión o de refrigeración, pueden ser demolidas mediante explosivos, con tal de que hayan sido debilitadas de antemano para que caigan con seguridad. Los trabajadores de las demoliciones están expuestos a altos niveles de ruido a causa de la maquinaria ruidosa y las herramientas, de la caída de escombros y de las explosiones. Normalmente se precisará la utilización de protección acústica. Durante la demolición de edificios se generan grandes cantidades de polvo. Un reconocimiento preliminar deberá determinar dónde y cuándo aparecen plomo o amianto; si ello es posible se deben sacar antes de empezar la demolición. Incluso en ausencia de tan notables riesgos, el polvo de las demoliciones a menudo provoca irritación, aunque no es realmente nocivo, pero se deberá usar una mascarilla antipolvo aprobada si la zona de trabajo no se puede mantener regada para controlar el polvo. La demolición es a la vez sucia y ardua, y es necesario habilitar un alto nivel de servicios higiénicos, incluyendo aseos, duchas, armarios para la ropa normal y para las ropas de trabajo y un local que sirva para descanso y comedor.

viernes, 10 de enero de 2014

Demolición con bola

La forma más común de demolición (y, si se hace adecuadamente, en muchos aspectos la más segura) es derribar a bolazos, usando una bola de acero u hormigón suspendida del gancho de una grúa con un brazo bastante fuerte para resistir los esfuerzos especiales impuestos por el golpe de la bola. El brazo se mueve hacia los lados y la bola se lanza contra el muro a demoler. El riesgo más importante consiste en que la bola se quede atrapada en la estructura o en los escombros, y luego tratar de liberarla tirando con el gancho de la grúa. Ello produce una gran sobrecarga en la grúa y, o bien el brazo de la grúa o el cable se pueden romper. Puede ser necesario que un obrero trepe hasta donde se ha quedado acuñada la bola para liberarla. Sin embargo, esto no se puede hacer si hay peligro de que esa parte del edificio caiga sobre el obrero. Otro riesgo asociado con operadores de grúa menos expertos es dar golpes demasiado fuertes con la bola, los cuales pueden originar la caída accidental de partes del edificio que no estaban programadas.

jueves, 9 de enero de 2014

Demolición

La demolición es quizás la operación más peligrosa de la construcción. Reúne todos los riesgos del trabajo en altura y de la caída de materiales, pero además se lleva a cabo en una estructura que ha sido debilitada bien a causa de la propia demolición, bien a resultas de tormentas, daños producidos por inundaciones, incendios, explosiones o del uso y deterioro natural. 
Los riesgos que se producen durante la demolición son caídas, golpes o el soterramiento por el material derribado o por el derrumbamiento espontáneo de la estructura, el ruido y el polvo. Uno de los problemas prácticos para asegurar la salud y la seguridad durante la demolición es que se pueda ejecutar muy rápidamente; con los equipos actuales se puede realizar una demolición importante en un par de días. Existen tres métodos principales para demoler una estructura: derribarla de un modo sistemático; tirarla abajo o volarla mediante el uso de explosivos. El método a elegir viene condicionado por el estado de la estructura, sus alrededores, los motivos de la demolición y su costo. Generalmente el uso de explosivos no será posible si hay edificios próximos. La demolición necesita ser planificada con tanto cuidado como cualquier otra fase de la construcción. 
La estructura a demoler debe ser examinada a fondo estudiando los planos disponibles, de modo que el contratista de la demolición pueda disponer de la mayor información posible sobre su naturaleza, su método de construcción y sus materiales. Comúnmente en los edificios y otras estructuras que se van a demoler se puede encontrar amianto, lo cual exige recurrir a contratistas especializados en su manipulación. La planificación del proceso de demolición debe garantizar que la estructura no se sobrecargará o se cargará desigualmente con escombros y que se dejen huecos adecuados para la caída de escombros y su retirada segura. Si la estructura resulta debilitada al cortar partes de la misma (especialmente si se trata de hormigón armado u otros tipos de estructura sometidos a esfuerzos importantes) o por el derribo de partes de un edificio tales como forjados o muros interiores, ello no debe debilitar la estructura de modo que se pueda producir un derrumbamiento inesperado. La caída de los materiales de escombro y chatarra deberá planificarse de modo que se puedan retirar o guardar con seguridad y adecuadamente; a veces el coste de un trabajo de demolición depende de la recuperación de la chatarra o de los componentes de valor. Si la estructura se tiene que demoler sistemáticamente (p. ej., bajando paso a paso), sin usar piquetas mecánicas controladas a distancia, los obreros tendrán que realizar el trabajo necesariamente con herramientas de mano o herramientas mecánicas manuales. Ello supone que deben trabajar en altura en sitios al descubierto o por encima de los huecos practicados para la caída de los escombros. De acuerdo con ello, será preciso usar andamios de trabajo provisionales. La estabilidad de tales andamios no deberá ser puesta en peligro por la retirada de partes de la estructura o por la caída de los escombros. Si las escaleras ya no están disponibles para el uso por los obreros, porque la caja de las mismas se usa para dejar caer los escombros, y se tendrán que habilitar escaleras o andamios exteriores. La retirada de puntas, agujas u otros elementos elevados situados en lo alto de los edificios resulta a veces más seguro si los operarios trabajan desde cubos debidamente diseñados y colgados del gancho de seguridad de una grúa. En la demolición sistemática, el método más seguro de proceder es derribar el edificio en un orden opuesto a aquel en que fue construido. La retirada de escombros se debe hacer de manera regular de modo que los accesos y zonas de trabajo no resulten obstruidos. Si la estructura se ha de derribar por empuje o por tirón o echada abajo, normalmente ha de debilitarse con anterioridad, con los riesgos que ello conlleva. El derribo por tirón se suele hacer eliminando forjados y muros, fijando cables a puntos fuertes en las partes superiores del edificio y usando una excavadora u otra máquina pesada para tirar del cable. Existe un peligro evidente de que los cables salgan volando al romperse a causa de una sobrecarga o por el fallo del punto de anclaje en el edificio. Esta técnica no es viable para edificios muy altos. Para derribar por empuje, igualmente después de debilitar la estructura, se requiere el uso de maquinaria pesada, como empujadoras o palas montadas sobre orugas. Las cabinas de estas máquinas deben ser protegidas con defensas para evitar que los conductores sean lesionados por los escombros al caer. No se permitirá que el emplazamiento resulte obstruido por los escombros caídos, de modo que pueda poner en peligro la estabilidad de la máquina usada para el derribo, por tirón o por empuje.

miércoles, 8 de enero de 2014

Acabados exteriores

Algunos de los materiales usados para los acabados interiores pueden también ser utilizados en el exterior, pero los acabados exteriores generalmente están relacionados con revestimientos, sellado y pintura. Las llagas de mortero en las fábricas de ladrillo y bloques son generalmente rejuntadas o acabadas a medida que se colocan los bloques o los ladrillos, y no requieren más atención. El exterior de los muros puede estar acabado con un revestido de mortero que luego va pintado, o mediante la aplicación de una capa de árido fino, como el estuco o un guarnecido basto. El acabado exterior, como en general, el trabajo de la construcción, se hace en el exterior y está sometido a los efectos del tiempo. El mayor riesgo, con diferencia, es el riesgo de caídas, a menudo agravado por dificultades para manipular los materiales y los componentes. El uso de pinturas, sellantes y adhesivos que contienen disolventes causa menos problemas que en los acabados interiores, porque la ventilación natural impide la formación de concentraciones de vapor inflamables. También aquí, los proyectistas pueden influir en la seguridad de los acabados exteriores especificando paneles de revestimiento que se puedan manejar con seguridad (p. ej., ni demasiado pesados, ni demasiado grandes) y estableciendo disposiciones de modo que el trabajo se pueda hacer desde un lugar seguro. La estructura o los forjados del edificio deberán diseñarse de modo que incorporen elementos como pestañas o entrantes que permitan una fácil descarga de los paneles de revestimiento, especialmente cuando su colocación se hace con grúa o montacargas. La especificación de materiales como plásticos para marcos de ventana e impostas elimina la necesidad de pintar y repintar y reduce el mantenimiento ulterior. Esto beneficia a la seguridad de los operarios de la construcción y la de los ocupantes de la casa o apartamento. Paisajismo El paisajismo a gran escala puede incorporar un movimiento de tierras análogo al que se realiza en las obras de carreteras y canales. Puede requerir excavaciones profundas para instalar drenajes; extensas zonas tendrán que pavimentarse con losas u hormigón; es posible que haya que mover rocas. Finalmente, es posible que el cliente desee crear la impresión de una urbanización madura, bien establecida, para lo cual se tendrán que plantar árboles de buena edad. Todo ello requiere excavaciones, zanjas y retirada de tierras. A menudo también requiere una capacidad considerable para izar cargas. Los contratistas de paisajismo son generalmente especialistas que no dedican gran parte de su tiempo trabajando para contratos de construcción. El contratista principal debe asegurar su incorporación a los trabajos en el momento adecuado (no necesariamente al final del contrato). Las excavaciones importantes y el tendido de tuberías deben ejecutarse, de preferencia, al principio del proyecto, cuando se están realizando los trabajos de cimentación del edificio. Estos trabajos no deben socavar ni poner en peligro el edificio ni sus edificaciones exteriores sobrecargando la estructura de un modo peligroso mediante montones de tierra colocados encima o contra los edificios. Si es preciso arrancar la capa de tierra vegetal y más adelante volver a colocarla, se deberá habilitar suficiente espacio para su acopio en condiciones de seguridad. El paisajismo también puede ser requerido en instalaciones industriales y en servicios públicos por motivos de seguridad y medioambientales. Alrededor de una planta petroquímica puede ser necesario nivelar el terreno o practicar una pendiente en cierta dirección, posiblemente cubriendo el terreno con gravilla u hormigón para evitar el crecimiento de vegetación. Por otro lado, si la urbanización del contorno de una instalación industrial se hace con la intención de mejorar el aspecto o por razones medioambientales (p. ej., reducir el ruido u ocultar una instalación antiestética), es posible que tengan que ejecutarse terraplenes, montarse pantallas o plantarse árboles. Hoy en día las carreteras y las vías férreas tienen que incluir elementos insonorizadores si pasan cerca de zonas urbanas, u ocultar sus movimientos si atraviesan zonas ecológicamente muy sensibles. El paisajismo no debe ser una idea de último momento, porque además de mejorar el aspecto de una planta o un edificio puede, en función de la naturaleza de la urbanización, conservar el entorno y mejorar la seguridad en general. Por lo tanto, necesita ser proyectado y planificado como parte integrante del proyecto.

martes, 7 de enero de 2014

Riesgos de incendio en acabados interiores

Muchos de los trabajos de acabado en un edificio conllevan el uso de materiales que incrementan en gran medida el riesgo de incendio. La estructura base puede estar formada por acero relativamente no inflamable, hormigón y ladrillo. 
Sin embargo las empresas de acabado introducen la madera, tal vez el papel, pinturas y disolventes. Al mismo tiempo que se realizan los acabados interiores, se pueden estar ejecutando trabajos con herramientas de motor eléctrico, o tal vez la instalación eléctrica. Casi siempre existe una fuente de ignición por vapor o materiales inflamables usados en los acabados. Muchos incendios muy costosos han estallado durante la ejecución de los acabados, poniendo a los obreros en peligro y generalmente dañando no sólo los acabados del edificio, sino incluso la estructura. Un edificio en fase de acabado es un núcleo cerrado en el cual, posiblemente, centenares de obreros estén usando materiales inflamables. El contratista principal debe asegurar que se establecen las disposiciones adecuadas para facilitar y proteger las vías de escape, para mantener las rutas de acceso libres de obstrucciones, para reducir la cantidad de materiales inflamables almacenados y en uso dentro del edificio, para alertar a los contratistas en caso de incendio y, cuando sea necesario, evacuar el edificio.

lunes, 6 de enero de 2014

Renovación - III

Acabados interiores 
Si la estructura es de ladrillo o de hormigón, el acabado interior puede requerir un revoque de yeso inicial para obtener una superficie que pueda pintarse. El de yesero es un oficio tradicional. Los riesgos principales son la severa fatiga en los brazos y la espalda a causa del acarreo de los sacos de material y de las placas de yeso y, luego, el proceso real de aplicar el revoque, especialmente cuando el operario trabaja en el techo. Después del revoque, los paramentos pueden pintarse. En este caso, el riesgo proviene de los vapores despedidos por los disolventes y a veces por las mismas pinturas. Si es posible deberán usarse pinturas al agua. Si se usan pinturas de base disolvente, las habitaciones deberán estar bien ventiladas, si es necesario por medio de ventiladores. Si se usan materiales tóxicos y no se puede establecer una ventilación, los operarios deberán usar protección individual y respiratoria. A veces el acabado interior puede precisar la fijación de revestimientos a las paredes. Si ello implica la utilización de pistolas para fijar los paneles al entarimado, el riesgo puede surgir principalmente del modo de manejar la pistola. Los clavos lanzados por un cartucho al ser disparados pueden atravesar paredes y tabiques o pueden rebotar al golpear contra un objeto duro. Los contratistas deben planificar su trabajo con sumo cuidado, incluso, en su caso, impidiendo la presencia de personal en su proximidad. El acabado puede requerir la fijación de baldosas y losas de diversas clases de material a las paredes y suelos. El corte de grandes cantidades de baldosas cerámicas o losas de piedra por medio de cortadoras con motor eléctrico ocasiona ingentes cantidades de polvo y deberá hacerse en mojado o en un recinto cerrado. El principal riesgo al trabajar con baldosas, incluso las baldosas de moqueta, se deriva de la necesidad de colocarlas mediante colas y pegamentos. Los adhesivos que se usan se basan en disolventes y desprenden vapores que son nocivos y que en un espacio cerrado pueden ser inflamables. Es más, los colocadores de baldosas tienen que estar arrodillados sobre el punto en que se desprenden los vapores. Deberán usarse pegamentos de base acuosa. Si se utilizan pegamentos con base disolvente, las habitaciones deberán estar bien ventiladas (con ayuda de ventiladores), la cantidad de pegamento introducido en la habitación debe ser la mínima y los bidones deberán ser trasvasados a latas más pequeñas usadas por los soladores y almacenados fuera del local de trabajo. Si el acabado requiere la instalación de materiales de instalación térmica o acústica, como suele ocurrir en los bloques de apartamentos y edificios comerciales, estos pueden venir en forma de planchas o baldosas que se cortan, bloques que se unen, entre sí o a una superficie con cemento, o líquidos que se proyectan. Los riesgos incluyen la exposición al polvo, que puede ser irritante y dañino. No se usarán materiales que contengan amianto. Si se usan fibras minerales artificiales, los operarios deberán usar protección respiratoria y ropas protectoras para evitar irritaciones cutáneas.

domingo, 5 de enero de 2014

Renovación - II

Suministros 
La instalación de servicios de suministro en los edificios, como electricidad, gas, agua y telecomunicaciones, suele ser ejecutada por subcontratistas especializados. Los principales riesgos son las caídas debidas a un acceso descuidado, el polvo y los humos producidos por los taladros y las cortadoras y la electrocución o incendio producido por el suministro eléctrico y de gas. Los riesgos son análogos en las viviendas unifamiliares, aunque en menor escala. El trabajo de los contratistas resulta más fácil si al proyectar la estructura, el arquitecto prevé espacio suficiente para colocar las acometidas. Se precisa espacio para los conductos y las rozas en paredes y suelos más el espacio adicional para que los instaladores trabajen con eficacia y seguridad. Las mismas consideraciones se aplican al mantenimiento de las instalaciones después de la entrada en servicio del edificio. Una adecuada atención al detalle en relación con los conductos, rozas y aperturas durante el proyecto inicial de la estructura debería dar como resultado que todos fueran construidos o empotrados dentro de la misma. En tal caso necesario no sería que los obreros hicieran rozas para canales o conductos ni que tuvieran que abrir agujeros usando herramientas eléctricas que originan grandes cantidades de polvo. Si se habilita un espacio adecuado para la maquinaria y los conductos de aire acondicionado y de calefacción, el trabajo de los instaladores resulta más fácil y seguro porque es posible trabajar desde sitios seguros en vez de, por ejemplo, trabajar sobre tableros acuñados en el interior de los conductos verticales. Si el alumbrado y el cableado tienen que instalarse por el techo en habitaciones de mucha altura, los contratistas pueden necesitar andamios torre o de otro tipo, además de escaleras. La instalación de los servicios deberá hacerse de acuerdo con las normas locales en vigor. Estas, por ejemplo, deberán cubrir todos los aspectos de seguridad de las instalaciones de gas y eléctricas, de modo que los contratistas eléctricos no tengan duda alguna acerca de las normas exigidas para la instalación de cables, aislamiento, puesta a tierra, fusibles, aisladores, y las de instalación de gas, acerca de la protección de tuberías, aislamiento, ventilación adecuada y acoplamiento de dispositivos de seguridad ante fallos de la llama y pérdida de presión. La omisión por parte de los contratistas de ocuparse adecuadamente de estos asuntos de detalle en la instalación o en el mantenimiento de los servicios originará riesgos, tanto para sus propios operarios como para los ocupantes del edificio.

sábado, 4 de enero de 2014

Renovación - I

Rehabilitación 
La rehabilitación es una vertiente importante y peligrosa de la renovación. Tiene lugar cuando, por ejemplo, se mantiene la estructura esencial del edificio o del puente, pero una parte ha de ser reparada o sustituida. En las viviendas, la rehabilitación suele implicar el arrancado de ventanas, posiblemente de suelos y las escaleras, junto con la instalación eléctrica y de fontanería, y su sustitución por materiales nuevos y generalmente de mejor calidad. En un edificio comercial de oficinas, la rehabilitación afecta a las ventanas y posiblemente a los suelos, pero también es posible que se haya de arrancar y sustituir el revestimiento de un edificio, instalar un nuevo sistema de ventilación y calefacción y ascensores o renovar la instalación eléctrica. En las estructuras de obra civil tales como puentes, la rehabilitación puede representar dejar desnuda la estructura básica, reforzándola, renovando partes y reemplazando la vía de rodadura y algún revestimiento. La rehabilitación presenta los riesgos comunes a todos los obreros de la construcción: caídas de personas y materiales. El riesgo se acrecienta cuando los locales permanecen ocupados durante la rehabilitación, como sucede a menudo en locales domésticos tales como bloques de apartamentos, cuando no se dispone de alojamientos alternativos para los moradores. En estas situaciones, éstos últimos y en especial los niños corren los mismos riesgos que los operarios de la construcción. Durante la rehabilitación puede haber riesgos ocasionados por los cables eléctricos de las herramientas portátiles que se necesitan, tales como sierras y taladros. Es importante que el trabajo se planifique minuciosamente para eliminar los riesgos tanto de los operarios como de los inquilinos; éstos necesitan ser informados de lo que se está haciendo y el momento en que se hará. Se impedirá el acceso a las habitaciones, escaleras o balcones donde se ejecuten los trabajos. Las entradas a los bloques de apartamentos pueden necesitar una cubierta para proteger a las personas de la caída de materiales. Al terminar la jornada de trabajo, se retirarán las escaleras y andamios o se condenarán de tal manera que los niños no puedan acceder a ellas y correr peligro. Del mismo modo, deberán retirarse y almacenarse en un lugar seguro las pinturas, las botellas de gas y las herramientas eléctricas. En los edificios comerciales ocupados donde se rehabiliten los servicios, se imposibilitará la apertura de las puertas de los ascensores. Si la rehabilitación interfiere con el equipo contra incendios y de emergencia, habrá que adoptar disposiciones especiales para avisar a los inquilinos y a los obreros en caso de producirse un incendio. La rehabilitación de locales comerciales y domésticos puede requerir la retirada de materiales que contengan amianto. Esto presenta importantes riesgos de salud para los operarios y los ocupantes cuando regresan al edificio. La retirada de amianto sólo debe ser efectuada por contratistas especialmente preparados y equipados. La zona de la que se retira el amianto necesita ser aislada de otras partes del edificio en el transcurso de los trabajos. Antes del regreso de los ocupantes a las zonas de las que se ha arrancado el amianto, deberá controlarse la atmósfera de las habitaciones y evaluarse los resultados para asegurarse de que los niveles de fibras de amianto contenidos en el aire se hallan por debajo de los permisibles. La manera más segura de ejecutar una rehabilitación consiste en desalojar totalmente a los ocupantes y personas ajenas; sin embargo, esto a veces es simplemente imposible de llevar a cabo.

viernes, 3 de enero de 2014

Renovación - I

La renovación incluye el mantenimiento de la estructura y los cambios que en ella se realizan a lo largo de su período de vida. El mantenimiento (incluida la limpieza y la reparación del maderamen u otras superficies exteriores, rejuntado del cemento y reparaciones en paredes y cubierta) presenta riesgos de caídas análogos a los de la erección de la estructura, a causa de la necesidad de tener que acceder a partes elevadas de aquella. De hecho, los riesgos pueden ser mayores, ya que durante los trabajos de mantenimiento de menor importancia y de corta duración existe la tentación de ahorrar en la aportación de equipos de acceso seguros: por ejemplo, pretender hacer desde una escalera el trabajo que sólo se puede hacer con seguridad desde un andamio. Esto es particularmente cierto en los trabajos en cubierta, en los que la sustitución de una teja puede llevar unos minutos, pero existe la posibilidad de caída de un trabajador con resultados mortales. 
Mantenimiento y limpieza Los proyectistas, y de modo especial los arquitectos, pueden mejorar la seguridad de los operarios de mantenimiento y limpieza teniendo en cuenta en sus proyectos y especificaciones la necesidad de un acceso seguro a las cubiertas, a las salas de máquinas, a las ventanas y a otras ubicaciones en el exterior de la estructura. La mejor solución sería evitar completamente el acceso, seguida de la inclusión de un acceso seguro permanente que forme parte de la estructura, quizás una escalera, una pasarela con barandillas o una plataforma de acceso motorizada colgada permanentemente de la cubierta. La solución menos satisfactoria para el personal de mantenimiento es aquella en que el único acceso posible pasa por un andamio similar al usado para la construcción del edificio. Este problema es menos probable que surja en los trabajos de restauración importantes, de mayor duración, pero en las obras de plazo corto, el coste de un andamio total es tal, que existe una mayor tentación de hacer recortes y utilizar equipos de acceso móviles motorizados o andamios torre en trabajos para los que no son propios ni adecuados. Si la renovación incluye un cambio sustancial del revestimiento del edificio o una limpieza total con chorros de agua a presión o sustancias químicas, la única respuesta que no sólo ofrecerá protección a los obreros sino que también permitirá la colocación de lonas para proteger a los viandantes puede ser el andamiaje de toda la fachada. Las protecciones de los operarios de limpieza con chorro de agua a presión incluyen ropa impermeable, botas y guantes, y una mascarilla facial o gafas para la protección ocular. La limpieza con sustancias químicas tales como ácidos requiere una ropa análoga, pero resistente a los ácidos. Si se usan abrasivos para la limpieza de la estructura, es preciso emplear una sustancia libre de sílice. Dado que el empleo de abrasivos origina un polvo que puede ser nocivo, los operarios tendrán que usar un equipo respiratorio homologado. El repintado de ventanas en un edificio de oficinas alto o en un bloque de apartamentos no se puede hacer con seguridad desde escaleras, aunque habitualmente ello es posible en viviendas unifamiliares. En el primer caso se precisará montar un andamio o colgar andamios suspendidos de la cubierta, tales como cestas, asegurándose de que los puntos de suspensión sean adecuados. El mantenimiento y la limpieza de las estructuras de obras civiles, como puentes, chimeneas altas o mástiles, puede obligar a trabajar a unas alturas o en unas ubicaciones tales (p. ej., sobre el agua) que imposibiliten el montaje de un andamio normal. Siempre que sea posible deberá realizarse el trabajo desde un andamio fijo suspendido de la estructura. En caso contrario, el trabajo deberá ejecutarse desde una cesta firmemente suspendida. Los puentes modernos incorporan sus propias cestas como parte de la estructura permanente; éstas deben comprobarse perfectamente antes de usarlas para un trabajo de mantenimiento. Las estructuras de ingeniería civil se encuentran frecuentemente expuestas a los agentes atmosféricos; no se permitirá el trabajo en ellas en condiciones de fuerte viento o lluvia intensa. 
Limpieza de ventanas La limpieza de ventanas presenta sus propios riesgos, especialmente si se realiza desde escaleras colocadas sobre el suelo, o con disposiciones improvisadas para acceder a edificios de mayor altura. La limpieza de ventanas no se suele considerar una parte del proceso constructivo y, sin embargo, es una operación muy generalizada que puede poner en peligro a los limpiadores de ventanas y al público. No obstante, la seguridad de la limpieza de ventanas viene influenciada en parte por el proyecto. Si los arquitectos no tienen en cuenta la necesidad de un acceso seguro o, en lugar de ello, no especifican ventanas que se puedan limpiar desde el interior, entonces la labor del contratista de la limpieza de ventanas será mucho más peligrosa. Si en el proyecto inicial se prevé suprimir la limpieza de ventanas desde el exterior o la instalación de un equipo de acceso adecuado a tal fin, ello puede representar un coste inicial superior, pero a lo largo de la vida del edificio representará un ahorro considerable de gastos de mantenimiento y la reducción del riesgo.

jueves, 2 de enero de 2014

Trabajos en cubiertas

Si la elevación de los muros es una tarea ardua e importante de la construcción de un edificio, la ejecución de la cubierta es igualmente importante y presenta riesgos singulares. Las cubiertas pueden ser planas o inclinadas. En las cubiertas planas el riesgo principal lo constituye la caída de personas y materiales, bien por el borde, bien por aberturas practicadas en la cubierta. Las cubiertas planas suelen construirse de madera, hormigón in situ o losas. Las cubiertas planas deben ser impermeabilizadas para impedir el paso del agua, para lo cual se usan diversos materiales, entre los que se incluyen betunes y fieltros. Todos los materiales precisos para la cubierta han de ser izados hasta el nivel requerido, lo cual puede hacer necesaria la utilización de montacargas o grúas si el edificio es elevado o las cantidades de material de cubrición y de impermeabilizantes son importantes. Puede ser necesario calentar el betún para facilitar su extendido y sellado, lo cual puede implicar la necesidad de subir a la cubierta botellas de gas y recipientes para fundirlo. Los operarios de la cubierta y las personas que se encuentren debajo pueden sufrir quemaduras por el betún caliente y se pueden originar incendios que afecten a la estructura del edificio. El riesgo proveniente de caídas desde las cubiertas planas se puede evitar rodeando su perímetro con una protección provisional en forma de barandilla de dimensiones análogas a las que se instalan en los andamios. Si el edificio se encuentra aún rodeado por el andamio exterior, éste se puede prolongar hasta el nivel de la cubierta, para ofrecer una protección perimetral a los que trabajan en ella. Las caídas por agujeros en las cubiertas planas se pueden evitar mediante su cubrición o, si han de permanecer abiertos, colocando barandillas en su perímetro. Los tejados inclinados se encuentran más comúnmente en casas unifamiliares y en edificios de menor volumen. La inclinación del tejado se consigue construyendo un armazón de madera al que se adosará el recubrimiento exterior del mismo, generalmente formado por tejas de hormigón o cerámica. La inclinación del tejado puede ser superior a 45° sobre la horizontal, pero incluso una pendiente menos pronunciada ofrece riesgos cuando está mojada. Para evitar la caída de los operarios durante la fijación de barrotes, fieltro y tejas, deberán utilizarse escaleras apropiadas. Si estas escaleras no se pueden asegurar o apoyar firmemente por su extremo inferior, deberán llevar un enganche de acero diseñado especialmente para anclarlo sobre las tejas del caballete. Si no existe certeza acerca de la resistencia de estas tejas, la escalera deberá amarrarse firmemente con una cuerda de su peldaño superior, pasándola por encima de las tejas del caballete y llevándola hasta un sólido punto de anclaje. Tanto en los tejados inclinados como en los curvos o abovedados se usan materiales de cubrición frágiles. Algunas claraboyas se construyen también con materiales frágiles. Los materiales típicos incluyen planchas de fibrocemento, plástico, tableros aglomerados tratados y lana de madera. Como los operarios de cubiertas frecuentemente pasan por encima de las planchas que acaban de colocar, se precisa un acceso seguro al lugar de colocación de las planchas y una posición segura desde la cual realizar su trabajo. Esto se logra habitualmente empleando de una serie de escaleras de tejado. Los materiales de cubrición frágiles representan un mayor riesgo para los obreros de mantenimiento, que pueden desconocer su fragilidad. Los proyectistas y los arquitectos pueden mejorar la seguridad de los operarios de cubiertas, en primer lugar, no especificando materiales frágiles. La colocación de cubiertas, incluso las que son planas, puede resultar peligrosa en condiciones de fuerte viento o bajo una intensa lluvia. Materiales como las planchas, normalmente seguros de manipular, pueden llegar a ser peligrosos en estas condiciones atmosféricas. Los trabajos inseguros en cubiertas no solo ponen en peligro a los operarios que trabajan en ellas, sino que representan un riesgo para las personas situadas debajo. La construcción de cubiertas nuevas es un trabajo peligroso, pero el mantenimiento de las mismas es aún más peligroso, si cabe.

miércoles, 1 de enero de 2014

Montaje de estructuras metálicas

La superestructura, tanto de edificios como de obras civiles, a menudo implica la erección de importantes estructuras metálicas, a veces de gran altura. Si bien la responsabilidad de garantizar un acceso seguro a los montadores que ensamblan estas estructuras compete principalmente a la dirección de los contratistas de estos montajes, su trabajo puede verse simplificado por los proyectistas de la estructura metálica. Los proyectistas deben asegurarse de que el diseño y la disposición de los taladros para los pernos sean sencillos y de que facilitan una sencilla introducción de los pernos; la disposición de juntas y taladros para pernos debe ser lo más uniforme posible en toda la estructura; conviene prever silletas en los pilares en las conexiones con las vigas, de modo que estas se puedan apoyar mientras los montadores proceden a la inserción de los pernos. En la medida de lo posible, el proyecto debe garantizar que las escaleras formen parte de la estructura inicial para que los montadores tengan que depender menos de las vigas y escaleras para su acceso. Del mismo modo, el diseño debe prever que los taladros se tengan que efectuar en lugares adecuados de los pilares durante la fabricación y antes de la entrega de la estructura en obra, lo que permitirá el amarre de cables tensos a los que los montadores provistos de cinturones de seguridad puedan asegurar maromas corredizas. Se intentará colocar las placas de forjados lo antes posible en estas estructuras, para reducir el tiempo que los montadores han de confiar en los cinturones y maromas de seguridad o en las escaleras. Si la estructura metálica debe permanecer abierta y sin forjados mientras que prosigue el montaje, deberán tenderse redes de seguridad debajo de los niveles de trabajo. En la medida de lo posible, el proyecto de la estructura metálica y las prácticas de trabajo de los montadores de la misma deberán minimizar el ámbito en que los montadores tengan que caminar por la estructura.